6/1/09
Salmos 90
Señor, tú nos has sido refugio De generación en generación.
Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mundo,
Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.
Vuelves al hombre hasta ser quebrantado,Y dices: Convertíos, hijos de los hombres.
Porque mil años delante de tus ojos Son como el día de ayer, que pasó,
Y como una de las vigilias de la noche. Los arrebatas como con torrente de aguas; son como sueño,
Como la hierba que crece en la mañana. En la mañana florece y crece; A la tarde es cortada, y se seca.
Porque con tu furor somos consumidos, Y con tu ira somos turbados.
Pusiste nuestras maldades delante de ti,
Nuestros yerros a la luz de tu rostro. Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira;
Acabamos nuestros años como un pensamiento. Los días de nuestra edad son setenta años;
Y si en los más robustos son ochenta años, Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo,
Porque pronto pasan, y volamos. ¿Quién conoce el poder de tu ira,
Y tu indignación según que debes ser temido? Enséñanos de tal modo a contar nuestros días,
Que traigamos al corazón sabiduría.Vuélvete, oh Jehová; ¿hasta cuándo?
Y aplácate para con tus siervos. De mañana sácianos de tu misericordia,
Y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días. Alégranos conforme a los días que nos afligiste,
Y los años en que vimos el mal. Aparezca en tus siervos tu obra,
Y tu gloria sobre sus hijos. Sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros,
Y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros; Sí, la obra de nuestras manos confirma.
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