Después de nuestra participación atendimos a los niños de aquella congregación a los cuales les llevamos un pequeño presente departe de cada uno de nosotros, y además junto con ellos entonábamos coros infantiles, recordando aquellos momentos cuando de niños nos enseñaban a cantarle a Dios y ahora nosotros reflejando lo que de pequeños aprendimos.
Es por ellos que no nos cansamos de alabar a Dios, no importando el lugar o las condiciones en que nos transportamos...pues no tememos porque Dios a nuestro lado va...
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