22/9/08

La Caricia de Dios....

Ese día me encontraba un poco desconsolado, pues era preciso dejar mi trabajo debido a que estaba haciendo estragos en mi actividad cardíaca. Oré al Señor en el altar y le decía:
-Señor, si me equivoco dímelo. Déjame sentir tu presencia en este momento de angustia.
A mi lado se encontraba una anciana orando. Me paré para orar por ella, puse mi mano en su hombro. De pronto sentí su mano sobre la mía apretándola suavemente. Seguimos orando por espacio de cinco minutos. Después me tomó de la mano y le ayude a incorporarse. Su cuerpo delgado y frágil se incorporó, su mano temblaba y yo sentía temor a lastimar su delicado cuerpo.
La mujer ya de pie me miro a los ojos y me sonrió. Me dijo:
Gracias hijito. Dios te bendiga.
En ese momento me acarició mi cara. Sentí su mano arrugada y suave en mi mejilla.
Regrese a orar y le di gracias a Dios, pues había sentido una caricia de su parte en ese momento.
Muchas veces no nos damos cuenta de las muchas formas que Dios actúa en nosotros. Son tantas las manifestaciones que Dios tiene para mostrarnos su amor, su bondad y su fidelidad que los problemas, los temores o nuestros afanes muchas veces no nos dejan contemplarlo. Pero de alguna o de otra manera Dios siempre busca la manera de acariciarnos.


Dios te bendiga

Gabriel Rojas Tapia
Salmo 90:1-2

1 comentario:

Unknown dijo...

LAS CARICIAS FORMAN PARTE DE UN LENGUAJE PODEROSO, Y CUANDO VIENEN DE DIOS LOS EFECTOS SON MARAVILLOS.

Si las caricias humanas corporales son tan necesarias en momentos de necesidad aún más las caricia divinas. Así como los padres amorosos acarician a sus hijos con amor, así el Espíritu de Dios nos acaricia ... La caricia nos motiva,nos anima y refresca nuestra alma... Que sencillo y lindo testimonio... Dios es fiel al acariciarnos.

"El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce; me infunde nuevas fuerzas. Me guía por sendas de justicia por amor a su nombre. Aun si voy por valles tenebrosos,
no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta. Dispones ante mí un banquete en presencia de mis enemigos. Has ungido con perfume mi cabeza; has llenado mi copa a rebosar. La bondad y el amor me seguirán todos los días de mi vida; y en la casa del Señor habitaré para siempre."

Salmo 23

Atentamente.
Lorena Gaona

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